La dependencia emocional es un fenómeno complejo que puede afectar profundamente las relaciones y la calidad de vida. Es un comportamiento donde una persona se vuelve excesivamente dependiente de otra. Puede suceder en cualquier tipo de relación, ya sea de pareja, amistad o miembro de la familia. Desde nuestro gabinete de psicología en Málaga, a lo largo de este artículo, descubriremos las causas detrás de este comportamiento y aprende a identificar si estás experimentando síntomas de dependencia emocional.
Causas de la dependencia emocional
La dependencia emocional puede tener raíces profundas, a menudo arraigadas en experiencias de la infancia. Algunas causas comunes incluyen:
– Baja autoestima:
Las personas con baja autoestima a menudo buscan validación externa para compensar sus sentimientos de inferioridad. La persona percibe que sus opiniones tienen menos valor que las de los demás.
– Experiencias de rechazo:
Experiencias pasadas de rechazo o de carencia emocional, pueden generar miedo a la soledad, y a que se termine la relación, llevando a la dependencia emocional como una forma de evitarlo.
– Bases en la infancia:
Relaciones parentales disfuncionales o carencias afectivas durante la infancia pueden sentar las bases para la dependencia emocional en la vida adulta.
¿Cómo saber si tengo dependencia emocional? Síntomas
Identificar la dependencia emocional implica reconocer patrones de comportamiento y emociones que pueden indicarla. Algunos síntomas comunes incluyen:
Idea distorsionada de la relación:
La persona con dependencia emocional tiende a idealizar la relación y sobrevalorar a su pareja, ignorando posibles problemas.
Necesidad constante de aprobación:
Se manifiesta en la búsqueda constante de aprobación y validación del otro. Experimentan que su valía está condicionada por las opiniones o percepciones de los demás hacia ellos.
Miedo a la soledad:
La soledad se percibe como una amenaza, llevando a la persona a mantener relaciones insatisfactorias para evitarla. Puede experimentar ansiedad o depresión en ausencia de compañía, ya que le resulta difícil encontrar disfrute al realizar actividades en solitario.
Inseguridad y sacrificio:
Sentimientos de inseguridad y dificultad para tomar decisiones, pueden llevar a sacrificios excesivos en la relación, incluso a expensas del propio bienestar. Toda su vida gira en torno a esa persona, convirtiéndose en el epicentro de sus pensamientos y preocupaciones. En este proceso, descuida sus propias pasiones y se distancia de amigos y familiares.
Negación de problemas:
La negación de problemas evidentes en la relación es común, ya que la persona prefiere evitar enfrentarse la realidad.
Celos y posesividad:
Se manifiesta a menudo en celos intensos y una necesidad de control y posesividad sobre la pareja. Siente una necesidad constante de estar cerca de su ser querido y ejercer control sobre su vida.
Comportamiento sumiso:
Puede adoptar un comportamiento sumiso, evitando confrontaciones para mantener la relación a cualquier costo.
Pérdida del yo:
La identidad individual se ve absorbida por la relación, perdiendo la autonomía y la capacidad de tomar decisiones independientes.
Reconocer estos síntomas es el primer paso hacia la curación. La dependencia emocional no es una debilidad, sino un desafío que puede abordarse con un tratamiento profesional, tanto en terapia individual como terapia de pareja.
El tratamiento de la dependencia emocional generalmente implica la intervención de un profesional de la psicología. Terapias como la psicoterapia cognitivo-conductual pueden ayudar a abordar patrones de pensamiento disfuncionales y promover una mayor autonomía emocional.
Si te identificas con estos síntomas, buscar ayuda profesional es un paso valiente hacia la construcción de relaciones más saludables y satisfactorias.
Para obtener más información sobre este tipo de terapias, te invitamos a contactar con nosotros.
Nuestra psicóloga Mariola Sánchez estará encantada de atenderte.
Mariola Sánchez Pérez, psicóloga sanitaria y sexóloga. Licenciada en psicología por la Universidad de Málaga y estoy especializada en Psicología Cognitivo Conductual, Sexología, Terapia EMDR y de Tercera Generación, Emergencias, Especialista en Trauma y Apego, haciendo uso de un método integrador eficaz en la terapia.
